Una mujer de 42 años fue atropellada y despedazada por un tren. Partes de sus restos quedaron esparcidos a lo largo de varias decenas de metros de vía férrea. Los testigos del accidente declararon que no se trató de un suicidio, sino de un accidente. La mujer estaba intentando tomar un atajo para cruzar las vías y se olvidó de mirar a su alrededo